Cuatro días en Lisboa

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Ni uno, ni dos. Para empaparse de Lisboa y, sobre todo, adaptarse, son necesarios al menos tres días. Dejamos el cuarto para una escapada imprescindible a Sintra y Cascais y ya está el viaje organizado.

4 días en Lisboa

A unos les encanta, a otros les horroriza, pero todos los visitantes parecen estar de acuerdo en un adjetivo que caracteriza a la capital portuguesa: decadente. Y sí, puede sentirse esa decadencia en muchos puntos, pero, de repente, en otros es el polo opuesto.

Las calles y edificios de Lisboa y sus habitantes son una mezcla de las tradiciones más antiguas y la modernidad absoluta: las bolsas de basura se dejan tiradas en la calle, las tarjetas de crédito son mera decoración de las puertas de los restaurantes pero, por otro lado, casi todo el mundo habla inglés y hay wifi gratis en todas partes que los lisboetas aprovechan con sus teléfonos, iPads, etc. de última generación. Y es esto lo que más desconcierta al visitante.

A Lisboa hay que ir con tiempo para perderse por las callejuelas y los rincones del Chiado, el Bairro Alto y Alfama, aparcando mapas y guías y dejándose guiar por los sentidos. Un par de horas después subimos a los miradores de Sao Pedro de Alcántara (Bairro Alto), Santa Luzia y Portas do Sol (ambos en Alfama) para admirar la ciudad en todo su esplendor. Una vez hecho esto, ya estamos listos para ver los monumentos y museos más destacados en detalle.

Qué ver en Lisboa

La zona “llana”: desde la plaza de Restauradores hasta la de Rossio, sin olvidarse de la estación de tren que, además de bonita, es muy práctica para ahorrarse un par de cuestas gratis ya que en la zona superior también hay una puerta de acceso. Desde Rossio, tras echar un vistazo a la Praça Figueira, continuamos por la Rua Augusta hasta la Praça do Comércio. A orillas del Tajo, y si el tiempo lo permite, se puede contemplar una estupenda puesta del sol. Muy cerca de aquí está la Praça do Municipio, presidida por la picota. Se puede ampliar este recorrido subiendo por la Avenida da Liberdade hasta Marqués de Pombal y el parque de Eduardo VII.

Alfama: visitar por dentro la Sé o Catedral, en especial el claustro, y desde allí subir hasta el Castillo de San Jorge, desde el que se obtienen unas vistas espectaculares. Las calles que rodean el castillo forman auténticos laberintos donde merece la pena perderse, si los vendedores ambulantes y camareros a la caza constante del turista lo permiten.

Chiado y Bairro Alto: subimos por la Rua Garret hasta la Rua da Misericordia y desde aquí tomamos cualquier calle a la izquierda y vamos alternando hasta empaparnos del ambiente que se respira en esta zona. En el camino de bajada es parada obligatoria la iglesia-museo do Carmo, que se conserva tal cual quedó tras el terremoto que destruyó la ciudad en 1755.

Elevadores: excepto las calles circundantes de las plazas de Rossio y Comercio, Lisboa es un sinfín de elevadísimas cuestas que destrozan los gemelos de cualquiera que no esté en plena forma. Para hacerlo más llevadero la ciudad cuenta con varios elevadores: unos frecuentados casi exclusivamente por los turistas y otros que facilitan el día a día de los lisboetas. Así, el elevador de Santa Justa deja a las puertas del museo do Carmo y, además, incluye un mirador en la parte superior (no incluido en la tarjeta de transporte). El otro más frecuentado por los turistas es el Elevador da Gloria, que deja al lado del mirador de Sao Pedro de Alcántara desde donde se contemplan las mejores vistas de la ciudad, en especial al atardecer. Si se tiene tiempo se pueden coger también los elevadores da Bica (conecta el Chiado bajo con el alto) y do Lavra (el primero contruido y que conecta la Rua Cámara Pestana y el Largo da Anunciada), con menor frecuencia de paso y sin apenas colas ni turistas.

Barrio de Belém: el autobús 28 (ojo, no el famoso tranvía) y el tranvía 15 llegan desde el centro de Lisboa hasta el barrio de Belém, con visita imprescindible al Monasterio de los Jerónimos (en especial el claustro), el Monumentos a los Descubridores y la Torre de Belém.

Qué hacer en Lisboa

Si hay algo que puedes dejar de hacer en Lisboa es…

  1. Coger el tranvía 28 en la primera parada (Marqués de Moniz) para poder disfrutar del viaje en lugar de ir como una sardina en lata.
  2. Ser atracado con consenso o, lo que es lo mismo, acercarse sobre las 20:30 al Bairro Alto y cenar en uno de los restaurantes con espectáculo de fados en directo incluido.

Excursiones

Sintra y Cascais

Ambas localidades se encuentran muy cerca de Lisboa y se pueden visitar en el mismo día siempre que se esté dispuesto a madrugar.

El principal atractivo de Sintra es el Palacio da Pena al que se accede por una empinada carretera, siempre que se llegue antes de las 10:30 de la mañana o a partir de las 17:00 (en este caso ya no se podrá sino ver el palacio por fuera y desde lejos). Llegar a las 12, por ejemplo, implica meterse en un atasco interminable del que saldrás, con suerte, dos horas después y sin haber visto nada más que el coche de delante.

Así, lo primero de todo es subir hasta el Palacio da Pena, residencia de la familia real portuguesa durante el siglo XIX y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1995. Si te gusta lo clásico y monocromático te puedes ahorrar la visita porque este palacio es una mezcla entre el castillo de la Bella Durmiente (basado en el de Neuchswanstein) y un vestido de Desigual hecho edificio. Aunque el interior es bastante normal también merece la pena echar un vistazo antes de dirigirse al jardín del palacio. Hay varias rutas a seguir para recorrer este parque kilométrico y en función del tiempo y las ganas que se tengan se pueden hacer unas u otras. Lo que sí es imprescindible es el “sillón de la reina” y los lagos de la parte más baja.

Visto el palacio, y si el atasco lo permite, se puede volver al pueblo de Sintra para ver el casco histórico, del que destaca el Palacio de Paço Real o Palacio da Vila.

A pocos kilómetros de Sintra se encuentra la localidad costera de Cascais en la que se puede visitar la ciudadela, las calles céntricas del pueblo y el paseo marítimo. A las afueras se encuentra la Boca do Inferno, similar a los bufones asturianos.

Évora

Según desde donde se entre o salga de Portugal a España, la ciudad medieval de Évora puede merecer un pequeño desvío. Los monumentos más destacados son la catedral, el templo romano y la Capela dos Ossos (decorada con huesos humanos). Sin embargo, es la red de callejuelas empedradas con sus casas blancas y amarillas y la Praça do Giraldo lo que más merece la pena de la ciudad.

A las afueras de Évora se encuentra el complejo megalítico de Los Almendros, con un Menhir y también un Cromlech.

Datos prácticos

Dónde comer

La gastronomía portuguesa es espectacular, en especial para los amantes del pescado (bacalao a bras) y los dulces. Lo malo de Lisboa es que está tan explotado para el turismo que resulta complicado encontrar algo de la calidad y los precios del resto del país.

Lo peor es que en la mayoría de los restaurantes ni siquiera sabes si te van a clavar o no porque en el caso de que tengan algún precio publicado éste no incluye la bebida, por la que te pueden cobrar más que por el resto de la comida.

Además, en Lisboa tienen la curiosa costumbre de ponerte los típicos entrantes (aceitunas, pan con mantequilla…) según te sientas y tú, muerto de hambre, te los comes todos sin saber que a diferencia de España, allí se pagan y tampoco te suelen decir el precio. Así, pides un menú que cuesta 10€ pero cuando te traen la cuenta resulta que tienes que pagar 35€. Aunque no nos gusta generalizar, se oía a mucha gente en la calle quejándose de que en tal o cual sitio les habían intentado engañar con la cuenta o les habían dado el cambio mal.

Una buena opción y que está en pleno centro de Lisboa son los restaurantes de la planta superior del centro comercial de Chiado. Además de comida rápida de todos los tipos hay restaurantes que ofrecen el plato del día a muy buen precio.

En el caso de los restaurantes de fados del Bairro Alto hay que tener en cuenta que van a ser igual de caros que cualquier turistada, con la pega añadida de que el elevado precio no se puede abonar con tarjeta de crédito aunque lo ponga en la puerta. Aunque no es barato, en Adega do Ribatejo al menos viene muy claro en la carta lo que cuesta cada cosa, incluidos los aperitivos.

En Évora pasa un poco lo mismo, aunque en la misma Praça do Giraldo hay un pequeño bar con cuatro mesitas mal puestas donde no se ve ni un turista pero se come fenomenal a precios para portugueses.

Dónde dormir

Depende de si se va con coche o no. En tren o avión lo mejor es alojarse en la zona de Rossio, desde donde se tiene fácil acceso a todos los lugares de interés. Yendo en coche es más complicado porque la mayoría de hoteles no tienen parking y si lo tienen es carísimo.

El hotel Vip Executive Diplomatic es la excepción ya que tiene parking gratuito y además, aunque a 20 minutos a pie (5 en metro) del centro histórico, está muy bien situado, junto a la Praça Marqués de Pombal.

Web del hotel

Web del hotel en Booking

Otros datos de interés

Aunque las carreteras son de peaje, los parkings del Palacio da Pena en Sintra y el de extramuros de Évora son gratuitos. En Cascais hay zona azul en el centro y algún que otro “listo” que intenta engañarte para que le des a él el dinero del parquímetro mientras te vigila el coche.

La tarjeta de transporte público de 5€ para todo un día permite también el uso de todos los elevadores de la ciudad, aunque no el mirador de la parte superior del de Santa Justa.

Web de turismo de Portugal: www.visitportugal.com

9 comentarios

  1. Comunicación The Fun Plan

    Me quedo con Sintra y al barrio alto de Lisboa, una ciudad en la que no costaría adaptarse y vivir al menos durante un año. Y tienes razón, por lo menos hay que estar tres días para conocerla y empaparse de la cultura portuguesa. Un post realmente práctica y completo;) ¡Un abrazo!

  2. Un día en el polo

    ¡Muchas gracias! La verdad es que nada como vivir en una ciudad para conocerla de verdad, a ver si tenemos la oportunidad algún día!

  3. Anónimo

    Por favor un mapa donde se vean claramente todos los lugares turisticos de Lisboa

  4. Anónimo

    Excelente blog, me voy para Lisboa entonces, y después les contaré que tal me fue. Gracias!

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