Oxford, la ciudad de los colleges

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Texto y fotos: Carolina Ramírez del Puerto (@caroldelpuerto)

En verano de 2014 me fui de vacaciones a Londres con mi familia, una ciudad que conozco muy bien porque viví allí en el año 2000 y de nuevo entre 2003 y 2004 y la he visitado posteriormente en varias ocasiones. A mi marido y a mí nos gusta tanto que siempre que ahorramos un poco de dinero vamos para allá. ¡Así no hay manera de conocer otros lugares!

Después de una estancia de cuatro días en mi querida ciudad, en la que hice de guía para mis hermanos, cuñadas y sobrinos, éstos se volvieron para España; mientras que Aitor (mi marido), mi hijo y yo nos marchamos a la preciosa Oxford. Un amigo de mi chico vive allí y nos ofreció su casa. Así que allá que nos presentamos porque estas son las grandes oportunidades que los de “la clase obrera” no podemos dejar pasar.

Oxford nos recibió, como buena ciudad británica que es, acompañada de su típica lluvia, es decir, no llovía a mares pero lo suficiente para resultarnos molesta. Fuimos andando hasta la casa de Álvaro (así se llama nuestro amigo), que estaba relativamente cerca de la estación de tren. Solo en ese pequeño trayecto Oxford ya me cautivó. De acuerdo que no soy muy objetiva porque a mí me encanta Inglaterra: su idioma, su arquitectura, su gente… Sí, su gente. Me gusta todo menos su clima y su gastronomía, aunque bien pensado, un plato tan simple como el ‘fish and chips’ está de muerte.


Pero como decía Oxford es especial, ya no solo por los imponentes ‘colleges’ de su universidad, sino porque tiene un entorno natural privilegiado con pintorescos canales y el característico verde de todo Reino Unido. Justo detrás de uno de estos canales estaba la casa donde vivía Álvaro. Nos contaba que algunos amigos que, como él, tenían la suerte de vivir en una casa que daba a un canal, tenían barcas o canoas en las que navegaban por la ciudad, como si de una pequeña Venecia se tratara.

Esta ciudad ha sido siempre conocida por su universidad y sus colleges pero desde que se rodó la película de Harry Potter también es muy visitada por los fans de la saga, ya que Hogwarts se inspiró en estas facultades. No sólo eso, sino que su comedor, donde Potter y sus amigos practican la magia, es en realidad el comedor del ‘Christ Church College’, sala que no podrás visitar durante el horario de comida de los alumnos.

Hay 38 colleges en la Universidad de Oxford, algunos se pueden visitar y otros no. Entre los que están abiertos al público, unos son gratis y otros no (puedes consultar esta información en este enlace). Nosotros entramos al Trinity College, que no es gratuito pero tampoco de los más caros. Tiene unos jardines verdaderamente impresionantes. Cómo no, visitamos también el Christ Church College. ¡La foto en el comedor de Hogwarts era obligada!

Estuvimos tres días completos en la ciudad universitaria y la verdad es que tuvimos mala suerte con el tiempo. Mientras que en Londres no nos llovió nada más que un ratito, en Oxford la lluvia apenas nos dio tregua. Por ello, no pudimos visitar tantos colleges como nos habría gustado porque la verdad es que merece la pena patearlos. Pero en lugar de eso, nos cogimos un estupendo autobús turístico, de esos que tanto les gusta a los autores de este blog de viajes (véase la ironía). Lo cierto es que, con un niño que aún no tenía los dos años de edad, con el tiempo que hacía y que además yo estaba embarazada de dos meses, el autobús se convirtió para nosotros en una buena opción de poder seguir conociendo las zonas más emblemáticas de la ciudad.

Como decía, los canales y la universidad son el principal atractivo turístico de Oxford pero también el casco urbano tiene un encanto especial. No es grande, se recorre fácilmente a pie y de repente encuentras joyas arquitectónicas como la torre sajona de la Iglesia St. Michael. En realidad Inglaterra me tiene tan enamorada, con sus característicos edificios, sus coffee shops, sus pubs y sus cabinas rojas, que cualquier paseo por alguna de sus calles me hace feliz. ¡Espero que hayáis oído mi suspiro!

Un par de consejos gastronómicos, en este tema termino pronto . Si visitas Oxford, haz una parada en The Covered Market y cómete un delicioso pastel salado. ¿Hay algo más típico inglés? Bueno… ¡quizás sí, el ‘fish and chips’! Por cierto, totalmente recomendable el del pub Turf Tavern, por su sabor y por el lugar en sí mismo.

 

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