Si necesitas ir al baño cada poco tiempo, no te preocupes, en China hay aseos públicos cada dos pasos. Ahora, el estado de los mismos y las costumbres chinas harán de ir al baño toda una experiencia.
Compartimos esta imagen de un baño chino publicada en el Daily Mail, nosotros no tuvimos valor de inmortalizar ninguno |
¿Un post sobre aseos? Suena raro, la verdad. Por lo general no es una información a la que dediquemos ni una línea de nuestros posts, y menos aún un artículo entero. Pero en un viaje a China lo de ir al baño forma parte de la experiencia de conocer otro mundo y, para que nadie se lleve sorpresas inesperadas, aquí va nuestro decálogo de los aseos chinos:
1. Olvídate de la taza del water, y del papel higiénico
En los hoteles, al menos en la inmensa mayoría en los que nos alojamos los occidentales, el baño es normal y corriente. Incluso en los principales aeropuertos, en algún restaurante de lujo o en lugares muy muy turísticos para viajeros occidentales se pueden encontrar baños normales. Pero en el resto, olvídate, ni en cadenas de comida occidental donde sí hay cubiertos encontrarás baños occidentales. En lugar de la clásica taza de wc verás un agujero en el suelo a la turca y como con una especie de óvalo tipo taza del water pegado al suelo. Entendemos que este «artefacto» extra es para evitar salpicar, pero el método es el mismo que el agujero sin más. Tampoco existe el papel higiénico, así que acuérdate de llevar siempre kleenex a mano, a no ser que prefieras usar el cubo de agua común…
2. Inundaciones por doquier
No sabemos si será por el sistema este que ponen junto al agujero para hacer tus necesidades o qué pero el caso es que la inmensa mayoría de aseos públicos en China están literalmente inundados cuando entras. Si viajas en verano y vas tan feliz con tus chanclas, no volverás a usarlas tras haber visitado un aseo público.
3. ¿Quién dijo puertas?
Aunque debemos reconocer que la mayoría de aseos públicos que frecuentamos durante nuestro viaje a China tenía puertas, que éstas estuvieran cerradas cuando había alguien dentro haciendo sus necesidades es harina de otro costal. Quizá les dé miedo quedarse encerrados, o necesitan más espacio, pero lo cierto es que rara vez cierran sus puertas. Dado que en cada baño que entramos fuimos buscando uno por uno a ver si había suerte y alguno tenía taza, creednos, lo más normal es que no cierren las puertas.
4. Una hazaña de circo
Visto lo visto, ya ves que ir al cuarto de baño en China es toda una experiencia. Así, aunque haberlos haylos, y muchos, de hecho, el conseguir utilizarlos para su fin depende de lo tiquismiquis que sea uno. Nosotros tuvimos la gran suerte de no sufrir los clásicos problemas intestinales del viajero y, además, a causa del calor, tampoco teníamos que utilizarlos para lo «fácil» con demasiada frecuencia. Ahora bien, cuando no nos quedó otra y más de una vez nosotros mismos nos pusimos de sintonía del circo al intentar mantener la «puerta» cerrada, mientras con la otra mano te desabrochas, intentas apuntar sin tocar nada y mantener la mirada perdida para no ver los kilos de mierda de todo tipo que generarán una arcada y posible vomitona al instante.
5. Para los hombres es fácil
Si eres hombres lo tienes más fácil, ir al baño en China para ti es prácticamente igual que utilizar un urinario común sólo que con más distancia y mayor riesgo de fallo en la puntería. Así, no es raro encontrarse hombres orinando en el campo cuando tienen un baño al lado. Si se trata de ir a mayores, los que hayan tenido que hacerlo en el campo tienen ventaja; los que no, rezad por mantener el equilibrio y aseguraos mucho de no tener nada en los bolsillos que podáis echar de menos jamás. No queremos imaginar la dantesca escena del móvil submarinista y el viajero horrorizado. Si habéis visto Trainspotting os hacéis una idea.
Si sois de diarrea viajera fácil, pertrechaos de al menos un par de paquetes de kleenex si os da vergüenza cargar con un rollo de papel higiénico. ¿Por qué dos paquetes? Me remito al parrafo anterior y a la fastidiosa y ubicua Ley de Murphy (sí, en China también aplica).
6. Y los chinos, ¿cómo lo hacen?
A los chinos no parece importarles lo más mínimo enseñar el culo a todo el que quiera mirar. Incluso aquellos que tienen puerta y pestillo los dejan abiertos, debe de ser la costumbre. Tampoco les importan especialmente las inundaciones, ellos pasan, se bajan los pantalones, se ponen en cuclillas radicales de forma que prácticamente tocan el suelo con el culo y, ¡hala!
7. El lujo no aplica a los baños
Por mi lujoso que parezca un restaurante, un museo o un centro comercial… el baño nunca estará a la altura. Puedes estar en una sala VIP en una estación de tren, limpia, tranquila, con asientos de lujo y ultra moderna, pero en cuanto te acerques al baño te llevarás la decepción: no hay diferencia con el resto. En realidad, puede que sí la haya, nosotros no tuvimos valor de entrar a los aseos de la zona común de la estación, ni los de los mejores vagones de los trenes, en especial, tras ver cómo eran los «VIP». Otro ejemplo: restaurante de lujo en Datong, gente vestida de fiesta celebrando grandes eventos, servilletas de verdad y manteles limpios (raro, raro) y según entras al baño, te vuelves a la mesa del susto. Eso sí, para los valientes, disponían de un único cepillo de dientes común para uso y disfrute de sus clientes.
8. La clave, los minusválidos
Desesperados por la falta de aseos a la occidental justo el día en el que exceso de zumo de ciruela nos pasó factura, hicimos un intensivo baños por Xi’an y acabamos logrando un gran descubrimiento: algunos tienen un aseo para minusválidos y éste sí es taza del water normal. Ahora, no todos los tienen, en primer lugar; y en segundo, la mayoría de los que sí lo tienen resulta ser multiuso: cuarto de la limpieza, hogar de la persona encargada de limpiar el baño y de su familia… Pero si estás desesperado y ves uno, olvida la vergüenza y prueba, no pierdes nada.
9. Excepciones a tener muy en cuenta
Seguro que hasta existe una aplicación hoy en día que te dice dónde encontrar baños occidentales, pero como la desconocemos vamos a indicar a continuación los que pudimos encontrar nosotros en nuestro viaje de 21 días por Shanghai, Guilin, Xi’an, Pingyao, Datong y Pekín:
– Estación de autobuses turísticos de Shanghai
– Aseos a la entrada del pueblo de Xitang
– Restaurante del parque Beihai en Pekín
– Pizza hut de Wangfujing
– Aseos a la entrada de la Gran Muralla, tramo Mutianyu
10. Y para la próxima, el invento de decathlon
Al poco de volver de China descubrimos que en Decathlon venden un invento para las mujeres que les permite orinar como a los hombres, es decir, de pie y en cualquier sitio. Aunque para ciertas necesidades no sirve, para las normales si todo va bien te quita el problema y evitas la música de circo. El día que volvamos a China nosotros al menos lo tenemos claro.
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