Ruinas romanas junto a una plaza en la que se encuentran una mezquita, una sinagoga y una iglesia; edificios soviéticos que te trasladan a Moscú; increíbles iglesias ortodoxas; y un ambiente en las calles y parques que resume a la perfección la multiculturalidad de la capital búlgara. Te contamos qué hacer y qué ver en un día en Sofía.
Sofía es la capital de Bulgaria y una de las ciudades más antiguas de Europa. Tracios, romanos, otomanos y soviéticos han pasado por ella y dejado su huella. Y es justo esa mezcla lo que la hace tan especial y que su visita merezca, y mucho, la pena.
Además, sigue siendo un tanto desconocida, en especial para el turismo de grupos. Se pueden conocer sus principales monumentos, calles y plazas con la gente local haciendo su vida y algún turista ocasional, sobre todo búlgaros.
Qué ver y qué hacer en un día en Sofía
¿Qué mejor manera de conocer Sofía y su historia milenaria que en el centro neurálgico de la ciudad? En el centro de la ciudad, en pocos metros, puedes estar pisando ruinas romanas de los siglos IV al VI mientras te rodean edificios soviéticos del XX. Y, entre ellos, mezquita, sinagoga e iglesias de distintas épocas y estilos.
Serdika
La mejor muestra de lo que es Sofía es la plaza de Serdika (antiguo nombre de Sofía). Entre edificios soviéticos se encuentran las ruinas de la ciudad romana tan solo bajando una escalera.
Este conjunto se descubrió al construirse la estación de metro del mismo nombre, que es el centro y único punto donde se cruzan las líneas 1, 2 y 4 de metro. Y se ha ido ampliando hasta convertirse en lo que es hoy: un espacio de 9.000 metros cuadrados peatonales, parte de ellos subterráneos, por los que pasear e imaginar la vida allí durante el imperio romano.
Junto a ellos, está la pequeña iglesia de Sveta Petka, una de las pocas iglesias cristianas activas durante el periodo otomano y que entre su diminuto tamaño y la tenue iluminación hagan que merezca mucho la pena visitar los frescos en su interior, de entre los siglos XIV y XIX.
Paseando por los alrededores también se encuentran otros vestigios romanos más desperdigados pero con su encanto. En el hotel Arena di Serdica se pueden ver los restos del anfiteatro romano, integrados con el resto del edificio.
Parque Tsentralna Banya
Junto a Serdika se encuentra el parque Tsentralna Banya, uno de nuestros lugares favoritos de Sofía. Aquí, junto a la fuente, los jardines y las palomas, se encuentran los antiguos baños turcos, hoy día sede del Museo de Historia de Sofía. En el museo se exhiben muestras principalmente de la historia moderna de la ciudad.
Aquí se encuentra lo que es la esencia de Sofía tras tantos siglos de historia. Por un lado, una muestra de edificios religiosos de los distintos periodos que ha vivido la ciudad: la Mezquita de Banya Bashi, de 1567 (pequeñita pero con un interior muy bonito), la sinagoga (permanece, al menos de momento, cerrada al público) y la catedral católica de San José (en una calle paralela, junto a otras tantas ruinas romanas).
Por otro, las fuentes termales donde los ciudadanos de Sofía rellenan botellas y garrafas del agua de los manantiales para beberla una vez fría en sus casas.
También en la plaza se encuentra el mercado municipal, en obras cuando fuimos nosotros, pero en el que viajeros como Paula y Andrea han estado y dicen que merece mucho la pena conocer su ambiente y picar algo de los puestos.
Plaza de la Independencia
Si no fuera por las ruinas romanas de Serdika y por los perfiles de mezquita e iglesia ortodoxa de estilo otomano, llegar a la Plaza de la Independencia en Sofía es como estar en pleno centro de Moscú. Con sus pasos subterráneos y todo.
Así, en el lado este de la plaza se encuentra la sede del Partido Comunista, hoy oficinas de la Asamblea Nacional. Al sur, el Palacio Presidencial (construido como Ministerio de Industria y Consejo de Estado). Y al norte TZUM, construido en 1957 como grandes almacenes y que nos recordó muchísimo a GUM, en la Plaza Roja de Moscú. Solo por fuera, claro, ya que TZUM actualmente es sede del Consejo de Ministros y otras oficinas privadas.
Al oeste se erigía una estatua de Lenin, sustituida ahora por una de Santa Sofía, en un estilo un tanto peculiar.
Catedral de Sveta-Nedelva
Aunque está ubicada al sur de la Plaza de la Independencia, sus imponentes cúpulas se divisan desde Serdika, añadiendo así el punto ortodoxo para completar el conjunto multicultural del centro de Sofía.
Su construcción data de 1863, aunque buena parte del edificio quedó destruido tras el intento fallido de asesinato del rey Boris III en 1925 y tuvo que ser reconstruido.
Merece mucho la pena visitar su interior y así empezar el reto de las iglesias ortodoxas en Bulgaria: encontrar un solo trozo sin decorar. Y si encima tienes la suerte de que estén preparando alguna celebración, mejor.
Iglesia de Sveti Georgi
El edificio más antiguo de Sofía se encuentra dentro del patio interior del Palacio Presidencial, quedando un contraste entre ambos edificios que es una de las imágenes más famosas de Sofía.
Se construyó en el siglo III como templo pagano, convirtiéndose en cristiano un siglo después. Durante el dominio otomano fue convertida en mezquita, por lo que sus frescos fueron ocultados. Ya desde los años 90 pueden volver a verse, destacando el Pantocrátor de la cúpula.
Bulevar Tsar Osvoboditel
Desde la Plaza de la Independencia y hacia el este, el Bulevar Tsar Osvoboditel atraviesa los principales puntos de interés de Sofía.
Así, en la plaza Atanas Burvov, se puede ver cada hora el cambio de la Guardia Presidencial. Allí mismo se encuentra el Museo Nacional de Arqueología (antigua mezquita Buyuk).
A continuación se encuentran los Jardines Municipales, con parque infantil, bancos y agradables paseos entre árboles. Además, el edificio del Teatro Nacional Ivan Vazov tras la fuente de los jardines forman una estampa que no te puedes perder.
Al norte de los jardines se encuentra la Galería de Arte Nacional de Bulgaria (antiguo palacio real) y en el parque el curioso monumento al Trabant, el famoso coche de la República Democrática de Alemania.
Pasando por el Museo de Historia Natural se llega a otro de los templos más vistosos, aunque chiquitito, de la ciudad: la iglesia de San Nicolás el Milagrosa, más conocida como iglesia rusa por su estilo.
Catedral de Alexander Nevski
Junto a la iglesia de Sveti Georgi, el otro gran símbolo de Sofía es la catedral de Alexander Nevski, construida entre 1904 y 1912 en honor a los soldados caídos en la liberación del Imperio Otomano. De ahí que lleve el nombre del héroe ruso en un guiño a quienes que lo hicieron posible.
A pesar de estar en lo alto y de lo vistosa que es, que esté rodeada de carreteras de varios carriles por sentido la hacen desmerecer un poco.
Iglesia de Santa Sofía
De este templo toma su nombre la capital de Bulgaria y fue una de las primeras basílicas cristianas.
Aunque su construcción data del siglo VI, ha sufrido varias reconstrucciones, sobre todo para recuperar sus frescos tras haber sido convertida en mezquita y tras los bombardeos de la I Guerra Mundial.
La visita de la iglesia es gratuita, no así si se quiere recorrer el museo subterráneo que atraviesa una necrópolis de los siglos III al V. Parte de ella se puede ver desde las cristaleras del exterior.
Frente a su fachada se encuentra la tumba al Soldado Desconocido.
Bulevar Vitosha
Con la imagen del monte del mismo nombre a un lado y la de la catedral de Sveta Nedelva al otro, la calle más famosa de Sofía es el Bulevar Vitosha. Peatonal y lleno de tiendas y restaurantes.
Yendo hacia el sur se llega hasta el parque del Palacio Nacional de Cultura, con conciertos, actuaciones y puestos de comida en verano. El sitio perfecto para acabar un día en Sofía y ver el atardecer.
Nuestro viaje por Bulgaria y Rumanía empezó y acabó en Sofía, en Serdika y en el parque del Palacio Nacional de Cultura, respectivamente. Dividimos la visita en una mañana bien aprovechada, unas 5 horas, y una tarde.
¿Tienes más días? Pues seguro que puedes aprovechar para conocer alguno de sus museos u otros rincones más alejados del centro.
Datos prácticos
Cómo llegar
El aeropuerto internacional de Sofía se encuentra a 12 km del centro. La línea 4 de metro conecta el aeropuerto con el centro de la ciudad, hasta Serdika en pocos minutos. Si no tienes coche de alquiler es, sin duda, la mejor opción para llegar al centro.
Nosotros llegamos a Sofía ya de noche y lo hicimos con el transfer privado de nuestro alojamiento de la primera noche. Al día siguiente cogimos nuestro equipaje y cómodamente llegamos en metro de nuevo al aeropuerto a recoger el coche de alquiler, desde donde pusimos rumbo a Plovdiv, previa parada para visitar el Monasterio de Bachkovo).
A la vuelta en Sofía aparcamos en un parking cercano al Palacio Nacional de la Cultura por un error en nuestro alojamiento (ahora os contamos). Fue bastante complicado encontrar sitio porque en el centro estaban completos cuando llegamos y en la calle, que había sitio, no se puede pagar la zona azul si no es mediante sms con un móvil de Bulgaria.
Dónde alojarse
En Sofía hay muchos alojamientos de todo tipo. Nosotros cambiamos varias veces según íbamos concretando el resto del viaje.
Así, la primera noche la pasamos en el apartamento Orange Flower Apartment, cercano a Serdika (unos 2 minutos a pie), reservado a través de Booking. Nos costó 56€ la noche a los 4. Además de la ubicación, nos encantó lo que es el edificio desde el patio, muy 13 Rue del Percebe. Cuenta con servicio de traslado al aeropuerto por 20€, que nosotros utilizamos. Muy recomendable, si no vas con coche, claro.
Para la segunda noche en Sofía, dos semanas después, optamos por un alojamiento en la zona sur del Bulevar Vitosha que tuviera Parking. Nos costó 64€ la noche a los 4. De dos semanas fue el único alojamiento que no solo no cumplió expectativas sino que encima fue un quebradero de cabeza de principio a fin. Primero, ni una indicación ni comunicación por su parte de cómo y cuándo llegar. Ya insistiendo lo conseguimos.
Luego, el supuesto parking de pago que tiene, no existe. Ni el parking, ni siquiera la información de dónde poder aparcar. Nos tuvimos que buscar la vida. En la calle solo puedes aparcar si tienes un número de teléfono móvil de Bulgaria y los parkings del centro, al menos por la tarde, estaban todos completos.
Además, a la entrada y bien enfocada al pasillo y habitaciones, había una cámara de seguridad. Y para rematar, la limpieza dejaba bastante que desear. Nosotros somos alérgicos a perros y gatos y tuvimos que doparnos con todo el arsenal para subsistir.
Cómo moverse por Sofía
Los principales puntos de interés de la ciudad pueden recorrerse cómodamente a pie. Nosotros recorrimos varias veces la zona centro, de oeste a este, de Serdika a la catedral de Alejandro Nevsky; y de norte a sur, del Mercado Municipal al Palacio Nacional de Cultura; y todo a pie sin problema.
De todos modos, la ciudad cuenta con tranvías y con metro, muy cómodos y, además, baratos.
Dónde y qué comer
Toda Bulgaria es una maravilla a nivel gastronómico. Combina lo mejor del estilo mediterráneo de Grecia con las delicias especiadas de Turquía y los Balcanes. Ensaladas, pinchos, sopas, platos de verduras y carnes…
En la capital de Bulgaria se pueden encontrar los platos más típicos del país como Tarator (sopa fría de yogur y pepino), Skara (carnes a la parrilla), ensaladas (la shopska es la más famosa), y Banitsa (bollos calientes rellenos de queso). Y de postre, nada como un yogur búlgaro, el mejor del mundo.
También tienes comida internacional, pasta, pizza, hamburguesas, etc.
Nosotros comimos en puestos callejeros o del metro y en el típico restaurante local del Bulevar Vitosha. Todo rico y barato. Como en toda Bulgaria.
Cómo vestirse
Depende de la época del año y de las temperaturas que haya en ese momento pero en general en verano hace bastante calor y en invierno no es difícil que te nieve.
Lo único que tienes que tener en cuenta, sobre todo si vas en verano, es que para visitar las iglesias ortodoxas tienes que llevar hombros y rodillas cubiertos. Además, en las mezquitas, las mujeres deben cubrirse el pelo y el cuerpo. Nosotros llevamos pañuelo para la cabeza, por eso de evitar, posibles inquilinos no deseados, pero para el cuerpo utilizamos lo que nos dieron allí, ya que era solo unos minutos. Nuestras niñas, de 9 y 6, no tuvieron que ponerse nada.
Sofía con niños
Parques con columpios, edificios muy diferentes a los que están acostumbrados, otras culturas y hasta una plaza con fuentes de agua casi hirviendo, ¿qué más se puede pedir? Sofía es una ciudad muy cómoda para visitar con niños de cualquier edad. Y a la mínima que sean ya un poco conscientes, es ideal para que vean en primera persona distintas culturas conviviendo en un mismo espacio.
Más información
- Nosotros utilizamos dos guías: Un corto viaje a Bulgaria, de Anaya Touring (muy recomendable) y Bulgaria guías visuales, que cogimos de la biblioteca. Esta última al ser de 2017 estaba un poco obsoleta, pero para hacerse una idea está bien.
- Tenéis mucha información de Sofía, que a nosotros nos vino de perlas, en los blogs de Viajar y otras pasiones y Locos x los viajes.
- Y aquí podéis ver todos los posts de nuestro viaje por Bulgaria y Rumanía.
Visita al Monasterio de Bachkovo - Un día en el polo
[…] llegamos desde Sofía, donde empezamos el viaje por Bulgaria y Rumanía. Salimos del aeropuerto sobre las 14:00, ya con […]