Aprovechamos una de nuestras escapadas en periodo navideño para conocer la capital de Irlanda y no nos gustó mucho más de lo que esperábamos. Quizá el hecho de que sólo la hayamos conocido con sus grises calles vestidas de blanco y su cielo, habitualmente lluvioso, de un intenso azul haya contribuido a hacer de Dublín una de nuestras capitales favoritas de Europa para una escapada de pocos días.
Barrio de Temple Bar, Dublín |
Qué hacer y qué ver en Dublín en cualquier época
- Visitar la fábrica Guinness y tomarse unos cuantos “chupitos” a mitad del recorrido y una pinta bien servida en el Gravity Bar con sus espectaculares vistas.
- Ver la prisión de Kilmainham Gaol. Si te cala el mensaje puedes comprar la declaración de independencia de 1916 en la oficina de correos, enmarcarla y colgarla en tu salón. Si se puede elegir, es mejor dejar la visita para el día más cálido posible; aunque si hace frío y tienes la suerte de que te toque de guía el Papá Noel irlandés, te llevarás de premio una experiencia con alguien de otro mundo.
- Entrar a la National Gallery. El museo es gratuito y, aunque no tiene ni las obras ni las dimensiones de su vecina londinense, merece la pena su visita.
- Acercarse a Howth para saludar a los leones marinos que suelen situarse junto a la tienda de pescado por si cae algo, que no tienen un pelo de tontos los bichos.
- Contar los segundos que pasan desde que despliegas el mapa de la ciudad o la guía turística hasta que se acerca el primer irlandés a ofrecerte su ayuda.
- Pasear varias veces por Grafton Street y mirar con detalle cada escaparate.
- Recorrer la calle O’Connell y las que la rodean y entrar a la oficina de correos para ver el Belén.
- Visitar el Banco de Irlanda para calentarse en su chimenea gigante y ver su decoración navideña.
- Si ha nevado, ver St. Stephens “White” en lugar de Green.
- Bajar al sótano de la Christ Church Cathedral para ver los adornos alrededor del baño y la cafetería.
- Ver la ciudad nevada desde el Gravity Bar de la fábrica de Guinness y tomarse un Guinness stew en el restaurante de la cuarta planta.
- Entrar a St Patrick Cathedral y, con un poco de suerte, escuchar villancicos.
- Recorrer Merrion Square bajo la mirada de Oscar Wilde y ver las decoraciones de los porches georgianos que los vecinos colocan en navidades.
- Tomarse un buen brunch en Elephant and Castle los domingos para combatir el frío.
- Observar el exterior de los pubs de la zona de Temple Bar y entrar, a cualquier hora, en el que da nombre al barrio y en Oliver St. John Gogarty para contemplar la profusa decoración navideña al ritmo de la música de artistas locales y con una buena pinta de Guinness o una Bulmers (sidra). No intentes pedir media pinta, no te la van a servir. Puedes acompañar la bebida de una tabla de quesos, siempre que tengas claro que la comida no es el fuerte ni de ingleses ni de irlandeses y los quesos no son una excepción.
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