Segundo día: ríos Li y Yulong
El segundo día en Guilin lo reservamos para el siguiente plato fuerte: los impresionantes paisajes kársticos que se ven desde los ríos Li y Yulong.
Realizamos en primer lugar la excursión por el río Li en balsa de bambú entre Yangdi y Xingping, rodeados completamente por estas curiosas formaciones en pico, fruto de la acción «disolvente» de los ríos sobre ciertos minerales que conforman estas rocas.
Después realizamos otro crucero por el río Yulong en el que vimos búfalos de agua, pesca con cormorán…
Para saber más sobre nuestra visita, fotos, datos… consulta nuestro post «Crucero por los ríos Li y Yulong«.
Tercer día: Guilin
Guilin es la puerta de entrada al onírico paisaje de Guangxi pero la misma ciudad también tiene varios puntos de interés. Además, al tener un tamaño «asequible», unos 600.000 habitantes, hace que en un solo día se puedan conocer sus principales atractivos turísticos.
Mapa de Guilin |
Colina de la Trompa de Elefante: es un claro ejemplo de las caprichosas formas de las formaciones kársticas de la zona. Lo malo es que para verlo bien hay que hacerlo desde el mismo río. Esta fue nuestra turistada del viaje: el taxista que nos contrataron desde el hotel para llevarnos a varios puntos nos vio tan ilusionados y empeñados en ver la curiosa formación rocosa que nos llevó a la opción más «lujosa»: una lancha motora con capacidad para unas ocho personas que para justo enfrente de la trompa del elefante y cuyo capitán hace también las veces de fotógrafo. Al módico precio de 100 yuanes los 15 minutos que duró la gracia. Nos lo tomamos con filosofía y humor ya que, al fin y al cabo, el taxista estuvo toda la mañana llevándonos por todo Guilin y contándonos cosas por sólo 20 yuanes.
Pagodas gemelas Riming Shuang Ta |
Así, el resto de la tarde y la noche la pasamos en la zona peatonal de Zhengyang y el famoso mercado nocturno, regateando, degustando deliciosos zumos de frutas naturales y ya de paso una pizza china también de frutas.
Una amiga local que conocimos vía Couchsurfing nos contó muchas peculiaridades de la región y del pueblo chino en general. Destacamos una curiosidad: mientras que nosotros imitamos a los chinos poniéndonos los ojos rasgados, ellos se «ríen» de nosotros imitando nuestras enormes narices de occidentales.
Al día siguiente, antes de partir de nuevo al aeropuerto con destino a Xian, dimos un paseo de un par de horas por los cuatro lagos de Guilin, un recorrido totalmente aconsejable que repetiríamos sin duda y que fue el broche perfecto a nuestra estancia en esta zona.
- Cómo llegar: Guilin está conectada con otras ciudades principales chinas tanto por avión como por tren. Nosotros cogimos un vuelo de dos horas desde Shanghai Pudong a través de Ctrip por 150 euros para dos personas.
- Alojamiento: hay bastantes hoteles con una calidad aceptable por precios más que buenos. Nosotros nos alojamos en el Guilin Sapphire Hotel, reservado a través de Booking, por 90 euros dos personas cuatro noches. El hotel se encuentra junto al mercado nocturno, está limpio, hablan el suficiente inglés para los trámites básicos (excepto la palabra depósito, el mayor handicap de los chinos) y a través de la agencia integrada en el mismo puedes resolver el resto de cuestiones: excursiones, taxis…
- Cómo moverse por la ciudad: en Guilin no hay metro pero sí numerosos autobuses y taxis. Además, las cortas distancias hacen que pueda recorrerse a pie una gran parte de la ciudad si el tiempo lo permite.
- Comidas: el arroz, la fruta y el pescado son los reyes de Guilin. Al haber pasado gran parte del tiempo en excursiones organizadas la mayoría de las delicias que comimos no fueron elección nuestra pero aun así nos gustó todo mucho. En Guilin nos hartamos de zumos de sandía, melón rocío de miel y fruta de la pasión recién exprimidos en sitios como David’s. También probamos una especie de bebidas de té con leche muy populares entre la gente local. Como no teníamos servicio de desayuno en el hotel, nos mimetizamos con los chinos y nos tomamos el Guilin Mifen (el clásico bol de fideos de arroz con cosas irreconocibles) de un puesto callejero. También probamos un par de pizzas, la típica china y con frutas de topping y una más occidental en Amani (recomendado por Lonely Planet y en la misma calle Zhengyang).
- Compras: al estar tan explotada por el turismo, la zona de Guilin es más complicada para obtener buenos precios en el regateo. La ventaja es que hay decenas de puestos con las mismas cosas así que puedes ir tanteando precios y luego ya decidir si vale o no el más bajo que has conseguido.
- Timos: no son timos como tal, tipo los de Shanghai y Pekín, sino más «a la moruna»: gente que habla inglés más o menos bien, charlan contigo y luego siempre tienen una galería, una tienda, un restaurante… Siempre puedes pasar o ir y no comprar nada.
Hector Mora Cámara Viajera
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