Tres días en Guilin

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Pasamos tres días en Guilin, nuestra segunda parada del viaje a China, visitando los bancales de arroz del Espinazo del Dragón (Longsheng), los ríos Li y Yulong y la propia Guilin.
Guilin es la cuarta ciudad en población de la región de Guangxi, situada al sur de China y famosa por sus espectaculares paisajes. Aunque se suele utilizar exclusivamente como campamento base entre Longsheng y Yangshuo, a nuestro juicio Guilin, (leído Güilin), bien merece también una visita.
Tras pasar cinco días en Shanghai, llegamos al aeropuerto de Guilin a eso de las 12 de la noche. Afortunadamente habíamos dejado contratado el servicio de recogida con nuestro hotel (es gratuito hasta las 23:00 pero el bajo precio del vuelo nocturno nos compensó pagar luego los 100 yuanes del transporte). A la mañana siguiente comenzamos las visitas y excursiones, a cada cual más espectacular. Os contamos qué hacer y qué ver durante 3 días en Guilin:
Primer día: Longsheng
Uno de nuestros principales objetivos del viaje a China eran los bancales de arroz del Espinazo del Dragón (Longsheng) así que decidimos empezar nuestra segunda etapa por esta excursión.
La contratamos con Gary, de WinWin Travels, y pasamos un día inolvidable descubriendo las terrazas de arroz de Longsheng, con una caminata de tres horas entre Longji y Ping’an para ver los impresionantes paisajes de esta zona.
Para saber más sobre nuestra visita, fotos, datos… consulta nuestro post «Excursión a los bancales de arroz del Espinazo del Dragón«.
A la vuelta, aprovechamos para visitar las pagodas gemelas Riming Shuang Ta (del Sol y la Luna). Aunque la visita por dentro no da para mucho, las vistas desde arriba son muy bonitas. Pero lo mejor de todo es verlas durante la puesta de sol desde el mismo parque con su reflejo en las aguas del lago.

Segundo día: ríos Li y Yulong 

El segundo día en Guilin lo reservamos para el siguiente plato fuerte: los impresionantes paisajes kársticos que se ven desde los ríos Li y Yulong.

Realizamos en primer lugar la excursión por el río Li en balsa de bambú entre Yangdi y Xingping, rodeados completamente por estas curiosas formaciones en pico, fruto de la acción «disolvente» de los ríos sobre ciertos minerales que conforman estas rocas.

Después realizamos otro crucero por el río Yulong en el que vimos búfalos de agua, pesca con cormorán…

Para saber más sobre nuestra visita, fotos, datos… consulta nuestro post «Crucero por los ríos Li y Yulong«.

Tercer día: Guilin

Guilin es la puerta de entrada al onírico paisaje de Guangxi pero la misma ciudad también tiene varios puntos de interés. Además, al tener un tamaño «asequible», unos 600.000 habitantes, hace que en un solo día se puedan conocer sus principales atractivos turísticos.

Mapa de Guilin
Pico de la Belleza Solitaria: la entrada incluye la visita a Wang Cheng, un palacio del siglo XIV hoy sede de la Universidad Normal de Guangxi. Como no teníamos interés especial en verlo y el precio era «a la europea», nos contentamos con la visita gratuita del exterior.

Colina de la Trompa de Elefante: es un claro ejemplo de las caprichosas formas de las formaciones kársticas de la zona. Lo malo es que para verlo bien hay que hacerlo desde el mismo río. Esta fue nuestra turistada del viaje: el taxista que nos contrataron desde el hotel para llevarnos a varios puntos nos vio tan ilusionados y empeñados en ver la curiosa formación rocosa que nos llevó a la opción más «lujosa»: una lancha motora con capacidad para unas ocho personas que para justo enfrente de la trompa del elefante y cuyo capitán hace también las veces de fotógrafo. Al módico precio de 100 yuanes los 15 minutos que duró la gracia. Nos lo tomamos con filosofía y humor ya que, al fin y al cabo, el taxista estuvo toda la mañana llevándonos por todo Guilin y contándonos cosas por sólo 20 yuanes.

Parque de las Siete Estrellas: pasamos cerca de tres horas subiendo y bajando por este inmenso parque lleno de colinas picudas, templos, cascadas, pabellones, monumentos… A pesar de la paliza de subida, merece mucho la pena llegar hasta el Star Pavilion, desde el que se obtienen unas vistas impresionantes de toda la ciudad rodeada del precioso paisaje kárstico característico de la zona. También desde ahí arriba se ve mejor que en ningún otro sitio la famosa Colina del Camello.

Descartamos atracciones como la montaña Yao, a la que se sube en teleférico, y las Cuevas de la Flauta de Caña porque lo que leímos de ambas no terminó de convencernos lo suficiente como para pagar otro dineral. Guilin y sus alrededores son preciosos y es relativamente fácil entenderse en inglés pero todo eso ha conllevado un boom turístico, tanto local como extranjero, que está dando lugar a un abuso exagerado en los precios de entradas y demás (sobre todo comparado con los del resto del páis).

Pagodas gemelas Riming Shuang Ta

Así, el resto de la tarde y la noche la pasamos en la zona peatonal de Zhengyang y el famoso mercado nocturno, regateando, degustando deliciosos zumos de frutas naturales y ya de paso una pizza china también de frutas.

Una amiga local que conocimos vía Couchsurfing nos contó muchas peculiaridades de la región y del pueblo chino en general. Destacamos una curiosidad: mientras que nosotros imitamos a los chinos poniéndonos los ojos rasgados, ellos se «ríen» de nosotros imitando nuestras enormes narices de occidentales.

Al día siguiente, antes de partir de nuevo al aeropuerto con destino a Xian, dimos un paseo de un par de horas por los cuatro lagos de Guilin, un recorrido totalmente aconsejable que repetiríamos sin duda y que fue el broche perfecto a nuestra estancia en esta zona.

Datos prácticos:

  • Cómo llegar: Guilin está conectada con otras ciudades principales chinas tanto por avión como por tren. Nosotros cogimos un vuelo de dos horas desde Shanghai Pudong a través de Ctrip por 150 euros para dos personas.
  • Alojamiento: hay bastantes hoteles con una calidad aceptable por precios más que buenos. Nosotros nos alojamos en el Guilin Sapphire Hotel, reservado a través de Booking, por 90 euros dos personas cuatro noches. El hotel se encuentra junto al mercado nocturno, está limpio, hablan el suficiente inglés para los trámites básicos (excepto la palabra depósito, el mayor handicap de los chinos) y a través de la agencia integrada en el mismo puedes resolver el resto de cuestiones: excursiones, taxis…
  • Cómo moverse por la ciudad: en Guilin no hay metro pero sí numerosos autobuses y taxis. Además, las cortas distancias hacen que pueda recorrerse a pie una gran parte de la ciudad si el tiempo lo permite.
  • Comidas: el arroz, la fruta y el pescado son los reyes de Guilin. Al haber pasado gran parte del tiempo en excursiones organizadas la mayoría de las delicias que comimos no fueron elección nuestra pero aun así nos gustó todo mucho. En Guilin nos hartamos de zumos de sandía, melón rocío de miel y fruta de la pasión recién exprimidos en sitios como David’s. También probamos una especie de bebidas de té con leche muy populares entre la gente local. Como no teníamos servicio de desayuno en el hotel, nos mimetizamos con los chinos y nos tomamos el Guilin Mifen (el clásico bol de fideos de arroz con cosas irreconocibles) de un puesto callejero. También probamos un par de pizzas, la típica china y con frutas de topping y una más occidental en Amani (recomendado por Lonely Planet y en la misma calle Zhengyang).
  • Compras: al estar tan explotada por el turismo, la zona de Guilin es más complicada para obtener buenos precios en el regateo. La ventaja es que hay decenas de puestos con las mismas cosas así que puedes ir tanteando precios y luego ya decidir si vale o no el más bajo que has conseguido.
  • Timos: no son timos como tal, tipo los de Shanghai y Pekín, sino más «a la moruna»: gente que habla inglés más o menos bien, charlan contigo y luego siempre tienen una galería, una tienda, un restaurante… Siempre puedes pasar o ir y no comprar nada.

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