Burdeos cuenta con un casco histórico precioso, Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2007, y que se puede recorrer a pie fácilmente en unas horas. Te contamos qué ver y qué hacer en Burdeos en un día o una tarde.
Sea cual sea la ruta en coche por Europa a realizar desde España, es fácil que Burdeos sea una de las ciudades que encuentres a tu paso y que merece, sin duda alguna, una parada, aunque sean sólo unas horas. Sus amplias e impolutas avenidas y calles principales recorren un conjunto de edificios neoclásicos, parques, plazas, iglesias y museos que hacen que el casco histórico de Burdeos sea digno merecedor de ser Patrimonio Mundial de la Unesco.
Plaza de la Bolsa
Burdeos desde la orilla del Garona
Lo mejor es comenzar la visita por el Pont de Pierre, desde el que se obtiene una magnífica vista del conjunto monumental. Si la visita comienza en La Bastide, al otro lado del puente, evita girar a la izquierda una vez en el centro histórico; verás desde el puente una iglesia muy bonita, así como edificios en la línea de los demás pero es un barrio con muy mal ambiente, al menos a las 5 de la tarde en verano cuando lo hemos visitado nosotros. En cambio, girando a la derecha nada más cruzar, lo primero que te encuentras es el magnífico paseo a orillas del Garona que cuesta dejarlo atrás para adentrarse en las calles del casco histórico.
Pont de Pierre (recuerda no girar a la izquierda por muy chula que parezca la iglesia)
Río Garona en Burdeos
Subiendo por la Course d’Alsace-et-Lorraine se llega hasta la imponente Catedral de Saint André, de estilo gótico. Desde aquí, siempre hacia la derecha del puente, lo mejor es perderse un poco por las calles y avenidas siempre repletas de gente, tiendas, cafeterías y restaurantes. A un corto paseo, unos 15 minutos, se encuentra el Jardín Público, ideal para descansar un rato si el clima lo permite. De nuevo hacia el río se encuentra la Place Quinconces con el Monumento a los Girondinos. Desde aquí, ya pegados al río Garona nos dirigimos a otro de los puntos más destacados de la ciudad: la Place de la Bourse. Frente a ella se encuentra una de las principales atracciones para niños cuando hace buen tiempo: el Espejo de Agua o Miroir d’Eau (ya os contará Nuria cómo se lo pasó aquí con un año). Aun sin niños, da gusto sentarse aquí y ver a los pequeños pasárselo bomba con los chorros de agua, mirando hacia el río o hacia el casco histórico de Burdeos.
De paseo por Burdeos
Espejo de agua o Miroir d’Eau
Hasta ahora, nosotros sólo hemos pasado parte de un día en Burdeos, por lo general por la tarde, por lo que no hemos visitado ningún museo ni realizado actividades específicas como cruceros por el río. Si vais a estar más tiempo tenéis toda la información en la página web de turismo de Burdeos.
Datos prácticos
Cómo llegar: Burdeos cuenta con aeropuerto internacional y desde Madrid se puede llegar en algo más de una hora. Pero vamos a centrarnos en la llegada en coche, ya que esta ciudad siempre la hemos visitado como parte de una ruta en coche por Europa desde Madrid. Saliendo bien temprano por la mañana, mejor de madrugada, y parando cada dos horas aproximadamente a descansar, se llega con tiempo suficiente de visitar la ciudad. Según de donde vengas, también puedes hacer la visita a la vuelta del viaje. En ambos casos lo ideal es quedarse a dormir allí y así disfrutar toda la tarde de la ciudad. Es muy fácil moverse en coche por Burdeos porque todo está muy bien señalizado y las avenidas son muy amplias. La «rocade» (como la périphérique en París o la M30 en Madrid) rodea la ciudad y desde ella se accede fácilmente al centro.
Alojamiento: excepto en una ocasión en que no teníamos tiempo de visitar la ciudad y nos alojamos en un hotel cerca del aeropuerto, siempre nos hemos quedado en el Ibis Centre Bastide, a unos 5 minutos a pie del Pont de Pierre y con el tranvía casi en la puerta. Reservando con cierta antelación no suele costar más de 40€ la habitación doble.
Dónde comer: en el centro histórico, donde quieras: cadenas de comida rápida internacionales, puestos de crepes y helados, pequeñas braseries y, suponemos, restaurantes de lujo
Moverse por la ciudad: todo el centro histórico puede recorrerse perfectamente andando pero si el hotel está más alejado, también hay metro-tranvía.
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